Mejores prácticas de Marketing Digital en 2017

 en la sección Marketing Digital

Unas buenas prácticas de Marketing Digital no son difíciles de incorporar a cada estrategia online que realicemos y aumentarán las probabilidades de éxito

El concepto de Marketing Digital abarca una enorme cantidad de técnicas de muy diversa índole, y, en mayor o menor medida, todas pueden tener su utilidad. No obstante, este post se centra en saber cuáles son las mejores prácticas que se puede aplicar en este 2017 para que, si están bien integradas en las estrategias, puedan aumentar las probabilidades de éxito al entrar en el mundo online.

El Marketing sin objetivos no es Marketing

Para empezar, como siempre decimos, lo primero que hay que hacer es identificar y definir bien los objetivos, ya que estos indicarán cuáles de todas las prácticas existentes son las que se aplicarán en cada caso. Esta es una «mejor práctica» no solo para el marketing digital, sino para todas las facetas de una empresa. Además, su identificación hará posible dos cosas: por un lado, nos dará una base de hacia dónde vamos; por otro lado, su correcta definición nos servirá para saber si hemos aumentado los resultados. Hay que tener en cuenta que estos deben ser SMART, o lo que es lo mismo, Específicos, Medibles, Alcanzables, Relevantes y definidos en el Tiempo. De nada sirven unos objetivos que no pueden ser medidos o que son abstractos, ya no nos ofrecen los datos que necesitamos para operar correctamente.

Hay que tener en cuenta que estos pueden variar conforme estemos intentando alcanzarlos, pero es bueno tener una base sólida que nos informe desde dónde partimos y hacia dónde vamos. Esto se relaciona con la primera mejor práctica.

Establecer los KPI adecuados

Los Key Performance Indicators, o traducidos al español Indicadores Clave de Rendimiento, son los marcadores que nos ayudan a concretar el avance de nuestras acciones para saber si estamos cerca o lejos de cumplir los objetivos (recordemos que lo primero que hemos hecho es establecerlos). En el mundo del marketing digital, los KPI son una de las herramientas más útiles para los directivos, porque informan sobre cómo va avanzando el rendimiento (o desempeño) de las acciones, hay que tener en cuenta que estos no se usan para medir resultados, sino mediciones intermedias.

Estos se eligen según cada objetivo, ya que pueden variar. Además, no pueden ser muy numerosos, pues lo ideal es su comprobación diaria, y repetimos, son los indicadores clave. Aquellos que de verdad se relacionan con nuestros objetivos.

Por ejemplo, si uno de los objetivos es tener 100 correos más de leads en un año, aplicado a una estrategia de Marketing Digital, uno de los KPI puede ser el número de correos que nos dan por cada 100 visitas a nuestras landing page. Así sabremos si estamos cerca o no de conseguirlo con su revisión periódica.

Centrarse en el cliente

Pensaremos siempre en nosotros si fuésemos clientes, en qué nos gustaría ver y consumir si estuviésemos al otro lado de la pantalla. Qué nos motiva, cómo actuamos… En definitiva, pensar siempre en nuestro cliente antes que en nosotros mismos, pedirle opinión, que cuente sus experiencias. Lo que necesitamos es conocerlo tanto como se pueda.

Cuanto más y mejor conozcamos a nuestros clientes, mejor será la estrategia de marketing digital que queramos aplicar.

Personalizar todo lo que se pueda

Relacionado con la práctica anterior aparece esta. A las personas les gusta sentirse como personas. Que desde las empresas los ven como personas en lugar de números. Esto es, siempre que sea posible, aplicar una personalización, hay que olvidar los mensajes generados automáticamente para todos ellos y crearlos para cada uno de ellos.

A los clientes les gusta saber que la empresa los escucha, los atiende, piensa en ellos, que son el centro de la empresa. Por eso, cada acción dentro del marketing digital debería enfocarse desde esta práctica.

Recordemos que, si conocemos a nuestros clientes, vamos a poder dirigirnos a ellos personalmente.

Contactar con el público

El público, la audiencia quiere hablar, nosotros queremos hablar. Conversemos entonces. Para ello hay diferentes acciones que se pueden aplicar, como son el email o las redes sociales.

Por un lado, el email, que contradiciendo a todos los pronósticos no solo no está muriendo, sino que su uso está incrementando, en parte gracias a las buenas prácticas del marketing digital. El email marketing, si se optimiza adecuadamente, se convierte en un arma magnífica de muy reducido coste que es capaz de alcanzar a un gran número de potenciales clientes. Ahora se intenta contactar con el público oportuno, en el momento oportuno, contándole lo que quieren escuchar. Por esto es tan importante la personalización de los correos, no deben sentirse como un número más dentro de una lista de correos.

Por otro lado, las redes sociales. En España, un 81% de los internautas de 16-55 años utilizan redes sociales, lo que representa más de 15 millones usuarios en nuestro país, según un estudio de iabspain. Con estos datos es evidente que hay que tener presencia en ellas, teniendo las cuentas optimizadas y activas, ofreciendo información relevante que les pueda interesar. Además, las redes sociales pueden ser útiles para multitud de objetivos del marketing digital, ya que desde ellas tendremos un contacto directo con los clientes, una comunicación bidireccional que es tan valorada a la hora de pensar en una marca.

También, las redes sociales servirán para saber qué están hablando los clientes potenciales, para saber qué decirles. Por esto unas buenas técnicas de monitorización de redes son tan útiles.

Por último, las redes sociales pueden ayudar a que el impacto de los contenidos sea mayor. Crear contenido que guste a los consumidores, que sea atractivo y animarlos a viralizar y a compartir es una buena acción que puede hacer que se multiplique por diez el número de visualizaciones.

Segmentar

El hecho de que hablemos de marketing digital no implica que la segmentación quede en segundo plano, de hecho, es una práctica muy importante, ya que con ella se ahorran esfuerzos vanos. Hay que aprovechar las enormes posibilidades de segmentación que ofrece el mundo online, sobre todo, gracias a las redes sociales.

Una segmentación demográfica o de comportamiento de los clientes ayuda a todas las prácticas. Esto ayuda a saber qué decir y a quiénes. Así, por ejemplo, si tenemos una empresa que solo vende en Sevilla, podríamos hacer una segmentación por ubicación geográfica en Facebook que nos ofrecerá quienes pueden ser nuestros clientes y, además, reducir esfuerzo en el análisis de sus comentarios.

Medir, medir y medir

Por último, pero no menos importante, medir. En relación al marketing digital, la medición de los datos no debería ser una mejor práctica, debería ser una parte inherente de la misma e imposible de separar.

Por un lado, analizar los datos nos ofrece los resultados de las acciones, para saber qué estamos haciendo bien y potenciarlo; y qué estamos haciendo mal para corregirlo.

Por esto es tan importante establecer los KPI adecuados (de los que hablábamos al principio del post), ya que su correcta definición nos indicará cómo estamos actuando.

Por otro lado, otro de los factores importantes a la hora de analizar se relaciona con los objetivos. Puesto que la investigación nos aportará cuáles han sido los resultados, cómo se han conseguido, cuánto tiempo ha llevado y multitud de datos que nos indicarán lo bien o lo mal que lo hemos hecho.

De forma general podemos decir que unas buenas prácticas en Marketing Digital se basan en establecer bien los objetivos y los KPI, centrarse en el público, escucharlo y hablarle directamente y segmentarlo y, por supuesto, medirlo y analizarlo todo.

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