La CE se suma al impulso del e-commerce

Hace unas semanas, la prensa amanecía con una buena noticia entre sus páginas, sobre todo para las pymes y microempresas de Extremadura y Murcia. Se trata de la concesión, por parte de la Comisión Europea, de bonos tecnológicos de hasta 10.000€ para impulsar el comercio electrónico y las capacidades informáticas de sus negocios.

Teniendo en cuenta que las pymes que usan servicios digitales crecen hasta un 22% más rápido, exportan el doble y crean más empleo, la Comisión Europea ha decidido poner en marcha un proyecto piloto en las regiones de Extremadura y Murcia, consistente en la entrega de vales de innovación a  empresas y microempresas valorados en un máximo de 10.000€, con los que las pymes podrán financiar la mejora de sus capacidades en comercio electrónico, sus herramientas web o los servicios de atención al cliente.

Sin duda, se trata de una iniciativa muy positiva que no sólo beneficiará el desarrollo y asentamiento del e-commerce en nuestro país y mejorará la competitividad de las pymes beneficiarias en el mercado nacional e internacional, sino que además fomentará la contratación de proveedores de servicios tecnológicos como, por ejemplo, empresas privadas (BusinessGo), universidades y centros de investigación.

Aunque ahora mismo el proyecto sólo está en fase piloto en dos comunidades autónomas españolas, pueden sumarse todas las autonomías que deseen mejorar la competitividad y capacidad de negocio de las pymes de su región, en lo que a creación de páginas web, formación en comercio electrónico o  adquisición de herramientas informáticas para facilitar la gestión de la cadena de suministro o la gestión de la cartera de clientes se refiere.

La Comisión Europea ha puesto en práctica este sistema de bonos tecnológicos para solucionar las posibles necesidades informáticas de las pymes españolas y facilitar la conversión de las empresas tradicionales a las tendencias del futuro, pues tal y como indicó el comisario de política regional, Johannes Hahn, «las PYMEs son la espina dorsal de las economías europeas y fuente de futuros puestos de trabajo en nuestras regiones y ciudades».

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