¿Qué es la gamificación en el marketing?
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GAMIFICACIÓN: APLICACIÓN DE TÉCNICAS Y CONCEPTOS DE LOS JUEGOS AL MARKETING
En los últimos años se ha venido desarrollando y usando cada vez más el concepto de “gamificación”, un término que se refiere a la aplicación medida y controlada de técnicas y conceptos que son pertenecientes a los juegos en otras disciplinas.
En este post, hablaremos sobre la gamificación en su aplicación al mundo del marketing. Y cómo su uso permite solucionar diferentes problemas y alcanzar multitud de objetivos.
Existen bastantes técnicas que se pueden emplear, aunque las más comunes son las recompensas, los niveles, el sentimiento de competición, la progresión o el formar parte de una comunidad. Más adelante hablaremos más detalladamente de algunas de estas técnicas.
¿Dónde se aplica esta gamificación?
Esta técnica puede aplicarse en cualquier aspecto de la marca, desde una misma web, una aplicación, portales web, una única campaña… en definitiva, en cualquier elemento que no sea lúdico.
Además, se entiende que el primer objetivo de todos -más adelante concretaremos otros- sería conseguir un compromiso mayor del usuario con la marca.
Un impulso a la imagen de marca
Como ya hemos dicho, en estos últimos años la gamificación se ha venido desarrollando a pasos agigantados y ya son multitud de empresas las que lo aplican como parte de sus estrategias de marketing. Esto se debe principalmente a los resultados tan positivos que está proporcionando a niveles de imagen de marca.
Si está correctamente aplicada, esta técnica puede incrementar activos tan importantes como la fidelización del cliente, el tiempo en la página de los visitantes o la llegada -y vuelta- de otros nuevos, entre otras.
Tipos de técnicas de gamificación
– Sistema de puntos: consiste en la entrega de puntos a los clientes para incentivar sus acciones. Así, por ejemplo, por cada acción que hagan con la marca (comprar el producto, recomendar un post, usar un servicio, compartir un artículo…) consigan algunos puntos.
– Recompensas virtuales o físicas: al alcanzar un cierto número de puntos se pueden ofrecer recompensas, tanto físicas como virtuales, que supongan un beneficio para el usuario o, incluso, para el personaje que representa dentro del juego. De esta forma, la persona verá una contraprestación por su esfuerzo.
– Niveles de progreso: por el sentimiento de superación que tenemos todos, el usuario se verá “obligado” a superarse a sí mismo; incluso si añades un sentido competitivo, la acción puede verse más beneficiada, porque no solo nos gusta superarnos, sino también demostrar que somos mejores.
– Comparativas: el sentido de competición también puede ser simplemente con motivo comparativo.
– Desafíos: el intento de consecución de algunos desafíos, bien periódicos o esporádicos, ayuda a fidelizar y a mantener atento al visitante.
– Misiones: un juego de por sí no tiene por qué atraer, hay que incentivar a los usuarios. Aquí entran las misiones que son unos pequeños objetivos por los que lucha para alcanzarlos. Su interés por conseguirlo hará que se interese por el juego.
Como vemos, hay multitud de mecánicas que se pueden aplicar en la gamificación. No obstante, no tienen por qué usarse todas, o solo una, o dos. Se usarán las que la estrategia de marketing precise para conseguir los objetivos. Es decir, son combinables y complementarias.
¿Qué objetivos persigue?
La lista de objetivos que puede conseguirse con la aplicación correcta de una acción de gamificación es larga, muy larga. Pueden alcanzarse multitud de ellos, de muy diversa índole. Desde mejorar el posicionamiento a aumentar la venta de productos o el tiempo que pasan los visitantes en los canales de comunicación. Entre todos, se pueden destacar algunos, como son:
– Minimizar los tiempos de adopción de los servicios.
– Ayudar al público a participar en procesos tediosos o repetitivos.
– Aumentar la atención de los visitantes.
– Incrementar la experiencia de usuario.
– Asociar experiencias a marcas.
– Atraer clientes y mantenerlos.
Y un largo etcétera. Esta lista no es única, y además de existir multitud de objetivos más, cada día se van añadiendo otros nuevos.
Diferencia con otras cosas
Cuando hablamos de juegos, la gente tiende a asociarlo con ocio y diversión. Gamificación no es diversión, es entretenimiento; no es inspiración creativa, es ofrecer una experiencia única en la que la interacción se asemeja a algunos aspectos de un juego.
Hay una gran diferencia entre gamificación y advergaming, mientras que este segundo estaría más relacionado con el product placement, insertando una marca en un juego; la gamificación lo estaría con la interacción directa entre usuario y marca, pero llevada a cabo según la mecánica de un juego.
En definitiva, y a modo de resumen, la gamificación sería la implementación controlada, medida y estudiada de diferentes mecánicas y conceptos de un juego en una estrategia de marketing para fomentar las interacciones entre clientes y marcas alcanzando multitud de objetivos.